miércoles, 15 de mayo de 2013

Capítulo♥2

YEAH! Ya estoy escribiendo más capítulos, y hoy, que estoy enferma y sola en casa, voy a subir el capítulo 2. Espero que lo disfrutéis!

Cuando me recupero del shock que me ha producido darme cuenta de lo que estaba pasando, veo oscuras sombras que se acercan velozmente hacia mí. No sé qué son, pero por el modo en el que corren y los ruidos que hacen está claro que no vienen en son de paz.
En medio minuto estoy rodeada de esas sombras, y cuanto más se acercan mejor puedo verlos; tienen el tamaño de un perro- un perro bastante grande-, y también su aspecto. Si tuviese que especificar una raza sería doverman, pero un doverman grande y resfigurado. Cuando está lo bastante cerca para saltar y atacarme veo que la niebla es más densa a su alrededor. Se están preparando para atacar. Son todo oscuridad. Oscuridad... ¿Con qué desaparece la oscuridad?
-¡Eso es!- susurro más para mí misma que para alguien más.- Luz.
Antes de que muriese, mi hermana y yo usábamos secretamente nuestros poderes a todas horas, pero cuando murió decidí no volver a usarlos, aunque ésta es una situación de vida o muerte.
Intento relajarme, cosa que me cuesta un poco teniendo en cuenta que tengo a pocos metros de mí a una jauría entera de perros diabólicos.Cuando lo consigo cierro los ojos y todo se vuelve negro, y yo intento apartarlo, buscar la luz en la oscuridad.
Me lleva más tiempo del que pensé que me llevaría, pero es comprensible, han sido tres años sin usar mis poderes, con la esperanza de que desapareciesen.
Pero cuando veo esa luz y la alcanzo, una explosión de luz me llena todo el cuerpo. Soy pura energía, literalmente. Me siento tan viva... Lanzo un suspiro de lo agradecida que estoy por esa energía.
Cuando me vuelvo a familiarizar con ella, la conduzco mentalmente hasta mis manos. Abro los ojos y lo veo, dos esferas de luz, una en cada mano. No puedo reprimir otro suspiro, esta vez de alivio; una pequeña-gran parte de mí creía que no lo conseguiría.
Veo que algunos perros se alejan pero no se van, y, con una media sonrisa de seguridad corro hacia ellos y les lanzo las bolas de luz, que se dividen en el aire y se reparten hacia los perros.
Sé que con esas dos no será suficiente, así que repito el mismo proceso de antes varias veces más. Cuanto más les ataco más vienen.
-¡Mira que sois tontos!-Digo. No, son mucho más listos de lo que pensaba, porque llegará un momento en el que no podré con todos. Pero tengo que seguir intentándolo.
Empiezo a lanzar una media de cuatro bolas por segundo, hasta que veo que algunos de los es como si se estuvieran riendo de mí. Nadie, y digo NADIE se ríe de Samantha Davis y vive para contarlo. La sonrisa de la boca hace tiempo que se me ha ido, la frustración al ver que lo que hago no sirve de nada me invade y mi rostro irradia rabia.
No sé cómo, pero esta rabia se ha convertido en más energía, y la luz me invade, literalmente. Ya no sale sólo de mis manos, sale de mi pecho. El estallido de luz es tal que ha hecho que la gran parte de los perros desaparezcan, pero todavía quedan unos pocos y por acto reflejo empiezo a lanzar nuevamente bolas de luz. Poco a poco van desapareciendo.
De repente veo una sombra corriendo y le ataco, pero él lo esquiva. Le vuelvo a lanzar otra bola mientras corre hacia mí. Me dispongo a lanzar una tercera bola cuando me grita:
-¡Para!¡PARA!
Eso me pilla por sorpresa, porque lo más parecido a algo humano que han pronunciado han sido gruñidos, y hago lo más estúpido, suicida y menos razonable que podría haber hecho: Paro.
No me había dado cuenta antes, pero habiéndose ido los perros también se había la niebla parcialmente, aunque aún estaba oscuro, así que creo una bola de luz para poder verle.
Cuando ve que tengo otra bola de luz en la mano abre los ojos corriendo hacia mí y desaparece. Más sorprendida que asustada(ahora mismo, cuando has pasado por lo que yo he pasado en las anteriores dos horas hay pocas cosas que te puedan asustar con la adrenalina corriendo por tus venas) miro hacia todas partes buscando dónde se podría haber metido cuando aparece, ahora sí, asustándome por su aparición repentina a mis espaldas y me toca al hombro. Me giro bruscamente y estoy frente a él, a menos de medio metro, y doy un paso atrás.
Es un chico alto, con el pelo rubio cobrizo y musculoso. En el poco tiempo que he estado tan cerca suyo me he fijado en sus ojos. Unos bonitos ojos verdes azulados. Es guapo. No, muy guapo. Le miro con desconfianza.
-¿Quién...?-intento terminar la frase, pero no puedo.
-Tranquila, descansa, relájate y recupera el aliento, preciosa. Tantas bolas de luz te han tenido que dejar sin energía.
"Sí, claro. Es eso lo que me ha dejado sin aliento, no tus hipnotizantes ojos" pienso.
-¿Quién eres?-termino la frase que antes no pude terminar.
Como ve que sigo desconfiando de él, acerca una mano hacia la bola de luz y sonríe.
-Soy de los tuyos, ¿ves? No soy un Sharik.
-¿Un qué?- en mi vida había oído esa palabra.
-Un Sharik. Así es como Lyn y yo les llamamos a las cosas esas que te han atacado.
-Sharik- Asiento-. Aún no has respondido a mi pregunta.
-¿Qué?-ahora es él el que está desconcertado.
-¿Quién eres?
-Oh, sí. Mi nombre es Jake- dice alzando la mano-. ¿Cómo te llamas?
-Sam- digo estrechando su mano-, me llamo Samantha Davis.
Él sonríe.
Bueno, Sam. Lyn, mi hermana, está esperándome. ¿Te gustaría acompañarnos esta noche? Estarás más segura.
-¿Dónde dormís vosotros?- digo.
-En cualquier parte que encontremos seca y cálida... o simplemente cálida.
Jake no parece mala persona, así que tengo una idea.
-Venid los dos a mi casa.-Sugiero.
-No, gracias Sam, pero no quiero ser un estorbo y sólo ocuparé espacio.
-No seas tonto. Venid los dos a mi casa- Eso no es una sugerencia-. No aceptaré un no por respuesta. Hay espacio(y habitaciones) de sobra. Venid, Jake.
-¿Dónde vives, en una mansión?
Una sonrisa que ni siquiera sabía que tenía en mi cara se ensancha.
-Algo así-digo.
-Samantha, ni siquiera nos conoces- dice, pero con un tono divertido en la voz.
-Eh, eres de los míos- digo y sonrío, echándole en cara sus palabras de antes-, ¿no? Además, tengo que aprender a confiar más en la gente.
-Bueno, si insistes... -dice, esta vez riéndose con ganas.
En ese momento pasa por mi cabeza una idea que ya tenía desde hace un tiempo, y mi semblante se vuelve serio y preocupado.
-¿Jake?¿qué les pasará a todas esas personas que han caído desplomadas?
-Oh, no te preocupes por ellas, en cuanto se disperse la niebla por completo despertarán -responde, y mira a todos lados-. Así que será mejor que nos vayamos si no quieres que tengamos problemas ni explicar lo de los agujeros en las fachadas -Señala a todas las pruebas de mi desafinada puntería por el paso del tiempo-.
-Cierto -asiento y me giro para mirar también la niebla. Tendremos unos 5 minutos antes de que todos se despierten, a juzgar por el viento-. ¿Hacia dónde?
-Hay un edificio abandonado a seis manzanas de aquí, ¿lo conoces?
-Lo conozco. Se me acaba de ocurrir una idea. Cógeme de la mano.
Obediente y nuevamente desconcertado, me agarra de la mano y me preparo para sentir una de las pocas cosas que recordaba de los poderes de su infancia: el vértigo causado por la teletransportación.

Bueno, pues después de casi un mes subo el capítulo 2. Espero que os haya gustado y ya estoy preparando el capítulo 3.

Otra para que os riáis, y así me perdonéis por haber hecho esperar tanto

Yo intento eso y me sale una cosa amorfa.

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